Retiro de Adviento – 2020

Vivamos con María nuestro Adviento

BAJA AQUÍ EL RETIRO COMPLETO PARA HACER EN CASA

1) INTRODUCCIÓN AL RETIRO DE ADVIENTO 2020

OBJETIVO GENERAL DEL RETIRO: Esperamos que, lo que queda de este Adviento, nos lleve a crecer en la fe y en el amor, de forma que cada ANE-hermano, se convierta en un signo activo de la Misericordia de Dios y todos juntos, como Apostolado, nos convirtamos en portavoces de esta Buena Nueva en el mundo entero.

Pero como hemos dicho ya algunas veces antes, para realizar esto, es necesario que cada uno experimente este Amor y esta Misericordia de Dios en primera persona, a fin de que seamos todos, cada uno a su vez, un signo concreto de la cercanía y el perdón de Dios (Cfr. Misericordiae Vultus) y así podamos mostrar al mundo que, aún en los peores momentos, en los que muchos tienden a perder toda esperanza y confianza en un futuro y en un mundo mejor, Dios, si bien es cierto que la mayoría de las veces discretamente, se encuentra sin embargo Todopoderoso, Presente y Actuante entre nosotros, dispensando sus consuelos, su gracia y su omnipotente ayuda a las personas que lo buscan y en Él confían.

En este día que festejamos a Nuestra Señora del Cielo; la “Mujer Vestida de Sol, con la luna bajo los pies”; nuestra Morenita del Tepeyac; nuestra Señora de Guadalupe, le pedimos a Ella que, por su poderosa intercesión, alcancemos del Señor todas aquellas gracias que necesitamos en el alma y en el cuerpo, y a Ella, Madre nuestra, le entregamos estos momentos de oración, meditación y agradecimiento, suplicándole que sea Ella misma Quien entregue, como ofrenda a nuestro Señor, nuestro corazón con todo lo que en él se encuentra, a fin de que sea transformado para darle mayor Gloria.

2) INDICACIONES GENERALES:

La plática, meditaciones, oraciones y dinámicas, deben ser un llamado a asumir el discipulado como auténticos Apóstoles de la Nueva Evangelización, lo que implica:

1) Dejar de ser meramente “cumplidores de la Ley”; ante ese Dios que sale a nuestro encuentro en Jesús Niño, que nace en un humilde portal en Belén…

2) Dejar el ensimismamiento para encontrarlo a Él, e ir en busca de los hermanos, así como Él, todo un Dios, viene al encuentro de nosotros por Su Encarnación…

3) Dejar el egoísmo para ofrecer la propia vida por Dios a los demás, aún en los momentos difíciles o sin sentido…

4) Dejar la vanidad y la soberbia de sentirse únicos y privilegiados, para reconocer el valor de las diferencias y buscar la complementación en la comunión, siendo agentes de unión, paz y misericordia, especialmente, donde no la hay…

5) Dejar la pasividad que trata de auto-justificarse de diversas maneras, y comprometerse responsablemente en la misión: en la construcción y el fortalecimiento de la comunidad y en la transformación de la sociedad en su conjunto, a través de las Obras de Misericordia Corporales y Espirituales que se practican en el Apostolado de la Nueva Evangelización, buscando formas adecuadas de implementarlas, especialmente mientras permanezcamos en aislamiento en este tiempo de pandemia, y las diferentes circunstancias adversas que pudieran presentarse en el futuro.

3) TEMAS DE REFLEXIÓN:

Tema Principal: “Adviento: Tiempo de estar vigilantes en la oración, cimentados en la esperanza”

Subtemas a desarrollar:

+ “Cómo estar vigilantes en la oración para ir al encuentro del Señor en esta Navidad”

+ “Cómo ser agentes de caridad ACTIVA y dispensadores de esperanza, en medio de la prueba”

+ “Cómo ser agentes dispensadores de bendición”

4) MATERIAL PARA TENER DURANTE EL RETIRO

  1. a) Biblia
  2. b) Libreta o cuaderno de anotaciones
  3. c) Pluma y/o lápiz
  4. d) Un crucifijo e imagen de la Virgen de Guadalupe, así como la disposición de un lugar donde se pueda tomar el retiro y que esté apto para meditar y pasar momentos de silencio y escucha de la Palabra de Dios.

 5) ACTIVIDADES DEL RETIRO

1.- Oraciones Iniciales en grupo

2.- Momento de silencio y Oración personal

– Proyección del video (1) para comenzar con una oración cantada, pidiéndole al Señor que nos reciba y asista. https://youtu.be/wmY3udzRGNY

3.- Lectura del texto bíblico correspondiente y explicación de la introducción, para tomar consciencia de los objetivos que se pretenden lograr con este tiempo fuerte de oración y meditación.

4.- Proyección video (2) como una introducción en el tema del adviento. https://www.facebook.com/FestivalInternacionaldeCineCatolico/videos/2013959188673228/

5.- Desarrollo de la plática incluyendo los tres subtemas

6.- Video (3) para meditar al terminar la plática:  https://youtu.be/7OiQ6K6Vn2E

7.- Meditación personal con dinámica #1

8.- Breve tiempo de plenario sobre la dinámica #1

9.- Proyección del video (4) finalizando con las preguntas y respuestas: https://youtu.be/1Lju5H3ElPo

10.- Reflexión (con mensaje de la Gran Cruzada) y trabajo individual en dinámica #2.

11.- Orientaciones finales (a cargo de Francisco Rico Toro)

12.- Consagración a Jesucristo Rey del Universo y Consagración de las familias a la Santísima Virgen de Guadalupe

13.- Misa celebrada por el Padre Gerardo Leal (Monterrey).

14.- Adoración al Santísimo Sacramento

15.- Despedida

 6) RECOMENDACIONES:

1.- Las lecturas, así como los tiempos de meditación y participación, se guiarán siempre, ya que este retiro será impartido en modalidad “online”, y por tal motivo, se organizó para que el facilitador y sus colaboradores lleguen a los hermanos a través de la pantalla. monitor o dispositivo.

2.- Citas bíblicas: A lo largo de las meditaciones, se verán diversas citas bíblicas. Conviene tomarse el tiempo para buscar cada una de ellas. De esa manera habrá una mayor comprensión de los contenidos. Al ser guiadas, se les dará un tiempo a los hermanos para buscarlas, leerlas y meditarlas.

3.- Reflexiones personales: Que cada uno de los asistentes anote, en su cuaderno o libreta, lo que el Señor nos vaya inspirando en cada una de las preguntas. Poner en común –comentar— lo que se desee compartir, al momento que se indique, durante el retiro.

4.- Organización del tiempo: El retiro está previsto para una duración de 3 horas de desarrollo online, incluyendo los tiempos de Misa y Adoración al Santísimo.

7) DESARROLLO:

 I) ORACIONES PARA INICIAR EL RETIRO:

NOTA: Para proyectar en la pantalla compartiendo con los hermanos, para poder rezar todos juntos.

 a) “Recibe, ¡oh, Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que te hago en este día para que te dignes ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones: mi Director, mi Luz, mi Guía, mi Fuerza y todo el Amor de mi corazón. Yo me abandono sin reservas a tus divinas operaciones y quiero ser siempre dócil a tus santas inspiraciones. ¡Oh, Espíritu Santo!, dígnate formarme con María y en María según el modelo de vuestro amado JESÚS. Gloria al Padre Creador; Gloria al Hijo Redentor; Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén.

b) “Ven, Espíritu Creador, visita las almas de tus fieles y llena de la divina gracia los corazones, que Tú mismo creaste. Tú eres nuestro Consolador, don de Dios Altísimo, fuente viva, fuego, caridad y espiritual unción. Tú derramas sobre nosotros los siete dones; Tú, el dedo de la mano de Dios; Tú, el prometido del Padre; Tú, que pones en nuestros labios los tesoros de tu palabra. Enciende con tu luz nuestros sentidos; infunde tu amor en nuestros corazones; y, con tu perpetuo auxilio, fortalece nuestra débil carne. Aleja de nosotros al enemigo, danos pronto la paz, sé Tú mismo nuestro guía, y puestos bajo tu dirección, evitaremos todo lo nocivo. Por Ti conozcamos al Padre, y también al Hijo; y que, en Ti, Espíritu de entrambos, creamos en todo tiempo. Gloria a Dios Padre, y al Hijo que resucitó, y al Espíritu Consolador, por los siglos infinitos. Amén.Envíanos, Señor, tu Espíritu.Y renovarás la faz de la tierra.

Oremos: Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a tu Espíritu para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo. Por Jesucristo Nuestro Señor. R. Amén.

c) “¡Oh, Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos y preséntala ante tu Hijo Jesús, único redentor nuestro.

Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todos nuestro ser y todo nuestro amor. Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores. Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y madre nuestra. Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu mano amorosa.

Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos por todos los obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas. Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorga abundantes vocaciones de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe, y celosos dispensadores de los misterios de Dios.” Amén.

  II) ORACIÓN PERSONAL EN SILENCIO

Proyección del video #1   https://youtu.be/wmY3udzRGNY

Proyección del video #2   

Introducción en el tema del adviento. https://www.facebook.com/FestivalInternacionaldeCineCatolico/videos/2013959188673228/

Desarrollo de la plática incluyendo los tres subtemas

Proyección del video #3 (al terminar la plática):  https://youtu.be/7OiQ6K6Vn2E

 

CITAS BÍBLICAS PARA LA LECTURA Y MEDITACIÓN DE LA DINÁMICA:

  1. A) “Te preserva el Señor de todo mal, él guarda tu alma. Él te guarda al salir y al regresar, ahora y para siempre.” (Salmo 121,7-8).
  2. B) “Que el Dios de toda esperanza los colme de gozo y paz en el camino de la fe y haga crecer en ustedes la esperanza por el poder del Espíritu Santo.” (Romanos 15,13).
  3. C) “Más aún; nos gloriamos hasta en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación engendra la paciencia; la paciencia, virtud probada; la virtud probada, esperanza, y la esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado.” (Romanos 5,3-5).
  4. D) “Sigamos profesando nuestra esperanza sin que nada nos pueda conmover, ya que es digno de confianza aquel que se comprometió. Tratemos de superarnos el uno al otro en la forma de amar y hacer el bien” …. “Fortalezcan su corazón, sean valientes, todos los que esperan en el Señor”. (Hebreos 10,23-25; Salmo 31,25).

 Guíate, para hacer tu oración escrita, después de meditar sobre los textos con las siguientes preguntas…

  1. ¿Ha habido algún momento en que haya contradicho lo que me has revelado por una cerrazón personal o falsa creencia? ¿No es acaso apartarme de las enseñanzas de Tu Iglesia, apartarme de Ti, por creer otras cosas fuera de Tu Revelación?
  2. Señor, ¿Te he apartado de mi al no estar pendiente de Ti, escuchándote? ¿De qué forma he dejado que el maligno o lo que son de él me distraigan?
  3. ¿Hay algo que pueda o me esté estorbando para reconocer el tiempo en que estoy viviendo, la situación de mi vida si me vinieras a visitar, el momento en que vengas por mí?
  4. Señor, ¿De alguna forma, con alguna actitud o acciones pareciera que no quisiera que reines en mi vida? ¿He rechazado Tu Reinado en mi vida? ¿Será al igual que he dejado de multiplicar los dones que me has dado?
  5. Viendo a mi corazón, Tu que lo sabes todo, ¿He vivido este tiempo difícil de pandemia, sumido en una actitud cerrada, desesperanzada, desconfiando de Tu Poder y Acción? ¿He descuidado por la tristeza y pereza espiritual, mi relación Contigo y con eso, dejando que pensamientos negativos y acciones egoístas invadan mi espacio y tomen el control de mi vida, llevándome a la tristeza y desconsuelo?
  • Plenario Indicaciones: En este breve tiempo de plenario, concediéndole la palabra a tres o cuatro hermanos que compartan sus respuestas y meditaciones, a fin de enriquecer al grupo. Preguntar en el plenario, ¿Quiénes han sido los 3 grandes testigos de la venida de Jesús al mundo? Esto fue respondido en el video anterior #3.

 

Proyección del video #4 (finalizando con las preguntas y respuestas de la dinámica): https://youtu.be/1Lju5H3ElPo

 

  

Reflexión (con mensaje de la Cruzada) y trabajo individual en dinámica #2

Indicaciones:  Lee el mensaje de la Cruzada, y realiza una oración escrita a forma de ofrenda para entregar SIMBÓLICAMENTE en el momento del Ofertorio en la Santa Misa, de manera espiritual. Tu ofrenda ha de llevar lo siguiente en acciones concretas y realizables a corto o mediano plazo: a) un acto como ofrenda a Dios, b) un acto como ofrenda en beneficio del prójimo, y c) un acto como ofrenda que lleve a un cambio personal.

CM-26: “DIOS ES INTRODUCIDO EN LA HUMANIDAD A TRAVÉS DE MARÍA”

25 de marzo de 1997 (En el día de la Anunciación) Jesús

Quiero volver a hablarles de Mi Madre… Bajo la guía materna todo hijo puede llegar a crecer fuerte, vigoroso, si ha tenido vitalidad sana la madre en el momento de la concepción.

Nací de una Virgen Purísima y bajo todo aspecto sana y Santa. Tomé Su vigor físico y una vitalidad que debía representar a todos los hombres.

Todo lo debo a Mi Madre que lo fue sólo por virtud divina. Quien niega la Virginidad de María, Mi Madre, está equivocado puesto que considera imposible una creación sin concurso paterno. Sin embargo, aquel que niega la Virginidad de Mi Madre, intente añadir un puñado de tierra al globo terrestre, intente añadir una lengua de fuego al sol que lo ilumina. ¿Qué habrá logrado? Tomar un poco de tierra de un lado y ponerlo en otro; dar al sol una llama que anteriormente donó el sol… ¿Entonces?  Sucede que el hombre no haría nada de nuevo, porque se serviría de las cosas que a él le dieron. Por tanto, no crearía nada, porque tomaría de aquí y de allá y únicamente cambiaría de puesto las cosas, pero nada añadiría, nada crearía.

Y Yo que Soy el Creador, ¿podría suprimir por una vez la ley que He dado y que mantengo? Quise, pude y lo hice porque así convenía. He dado eficacia divina y He puesto cambio en las leyes humanas para formar la humanidad especialísima que no habría tenido nada que no sea relacionado directamente con la Divinidad. ¿A quién ha fastidiado la Virginidad de Mi Madre?

He querido anteponer esta afirmación de la Virginidad de María a pasajes de Mi vida, porque todo hijo digno defiende a su madre de los ataques que le hacen los que no la comprenden y todo hijo bueno siente que debe mucho de sí a su madre. Defiendo a Mi Madre con el poder que He tenido en el Cielo y en la tierra y no tardo en abatir a quienes la ofenden. Abatir con la gracia o con la justicia.

Mi Madre, ¡Qué bella era, en Su esplendor virginal, cuando Me llevaba en su seno, nutriéndome con Su sangre! ¡Cuán delicada cuando ocultamente adoraba y se humillaba sabiendo que tenía en Sí misma a Su Creador.

Hablaba Conmigo íntimamente, Me sujetaba a Sí, mientras Yo dependía de Ella; Me nutría mientras Yo nutría Su alma. Ella Me gobernaba a Mí, que gobierno el universo y desde entonces, todas las cosas que le He dado, han pasado a Sus manos como Su propiedad.

Ustedes saben, hijos Míos, que entre todos fue colocada a Mi diestra. Sin embargo, ¿quién creería que cuando Yo crecía en Ella le fueron reservadas ásperas críticas y amargas perversidades?

El mundo es lo que es y la Madre de Dios era incomprendida. Yo no callaba si alguno se permitía ofenderla; a cada palabra irrespetuosa, Mi alabanza prorrumpía cálida, afectuosa, clara, de Mi pequeño Corazón, entonces en formación.

Comenzó Mi vida oculta en la relación filial que mediaba entre ambos; porque si vine por todos ustedes, oh hombres, más todavía vine por María, a quien amo por encima de toda criatura. Debía ocuparme de ustedes, pero antes de Mi Madre. Ciertamente por diferentes motivos, pero siempre con la predilección que He tenido por Ella.

¡Cuánto quisieran saber ustedes acerca del tiempo que pasé en Su seno como un cuerpito que se formaba, especialmente en las relaciones con la Divinidad de Mi Padre y la Maternidad de Ella… Yo mismo: verbo hecho Hombre les contaré algunas.

Gabriel trajo a María el anuncio que saben. Ella aceptó y por eso inmediatamente tomé forma en Su seno virginal. El primer movimiento de vida que tuve, en cuanto hombre, fue en el instante en el que Ella dijo “fíat”.

Pequeños Míos, contemplen la grandeza inigualable de Mi Madre. Criatura frágil en sí misma, pobre e impotente: Pronuncia una palabra, expresa Su voluntad y con Su “fíat”, Me trae al mundo a Mí, el Cristo esperado, el Hijo del Padre, hecho criatura humana.

Mi Madre no creó con Su “fíat” pero Su voluntad unida a Mi Omnipotencia, lleva a cabo un acto creativo que es superior a la Creación del mundo y de cuanto en él se contiene.

Yo hice el sol, los astros, los cielos, la tierra, el agua, las plantas, pero todo esto perecerá en el caos final. María Ha sido llamada a participar en Mi acto creativo con el cual Me hice a Mí mismo Hombre. Acto de infinito poder, acto en el cual Mi Madre obró y quiso obrar a semejanza Mía, que creó de la nada.

Y así fue, María, Madre solitaria, Madre sin concurso de hombre, movida por Mí, quiso libremente que Yo naciese en Ella. Por eso Su acto es el más semejante a Mis actos, porque Yo creo siempre en Mí mismo, porque nada de lo que hago sale fuera de Mí. Así fue en María que tuvo la omnipotencia participada, que prestó, que donó Su humanidad a Mi Divinidad.

Heme aquí Hombre entre los hombres. Criatura entre las criaturas, Hijo entre los hijos de los hombres, pero permaneciendo Hijo Eterno del Padre: En un principio, cuerpo informe, luego gradualmente pequeño niño, hasta la completa manifestación de Hombre, en el cual se posaba toda la complacencia del Padre.

Entonces, era natural que, apenas tuve una palpitación de vida, todo lo refiriera a Aquel de quien descendí y al Cual debía el homenaje y el amor de Hijo consustancial a Él. Por lo tanto, Mi primer acto humano, mientras todavía estaba oculto en el seno de María, fue de humildad, acto en el cual no estuve solo, sino unido a Mi Madre que, a partir de entonces, participó de manera inmediata en todos Mis actos.

Me sometí todo Yo al Padre y le di el completo dominio sobre Mí, hecho Hombre. En seguida le confirmé el amor que Nos unía en relación de la Divinidad común. Él estuvo satisfecho por sí mismo y por los hombres, a quienes Yo representaba.

Hijos Míos, deben saber que este primer acto de sumisión y amor al Padre, fue también de reparación por la rebelión de Lucifer y sus secuaces y también por las rebeliones de ustedes, por lo cual, en aquel instante, los espíritus rebeldes del infierno se retorcieron de rabia y furor, tratando inmediatamente de vengarse de Mi Madre. ¡Infames criaturas que solamente buscan venganza!

¿Puede el Dios del amor acceder a sus requerimientos? ¿Puede el Dios del perdón conceder al infierno la expresión rebelde de sus voluntades llenas de odio? No puede, apenas lo permite muy limitadamente en comparación con los desenfrenados deseos de los miserables condenados. Pero queda el hecho importante que un Hombre ha reparado las ofensas hechas por esos espíritus rebeldes y esto es gran escarnio para ellos.

Mi misión era, efectivamente, antes que redimir a los hombres, la de devolver el equilibrio en la creación universal. Equilibrio que había sido roto por Lucifer.  Pero Yo había descendido por el Padre, antes que por las criaturas y al Padre Me He encaminado todo Yo, sin perder de vista al hombre y al Ángel rebelde.

Así, al anuncio de Gabriel, el cielo pidió a una Mujer el asentimiento para obrar los fines preestablecidos, de modo que esta Mujer fue elevada al plano divino, y vino a ser parte necesaria, como querida por Mí, en el restablecimiento de todas las cosas que Yo mismo inicié encarándome en Ella.  Aquí está la razón por la cual María está presente en toda manifestación Mía que se relaciona con la Redención. Y si Yo He exaltado así a una Criatura Mía, aquel que se opone a Mi Querer de glorificación de Mi Madre, caerá miserablemente.

Solemnemente les digo que, quien desprecia a Mi Madre y se obstina en ofenderla, perecerá para siempre.  Por eso, Me alegraré siempre de que alaben a la que Me hizo y seré pródigo con quienes la aman y la hacen amar.

Y ahora que les He hablado suficientemente de Mi Madre, de cuyo amor Yo gozo inmensamente, les explicaré el misterio de la sombra protectora del Espíritu Santo sobre Ella, misterio anunciado por Gabriel…

El Padre vive de Su propia vida y Su vida es el conocimiento y el Amor de Sí mismo. En esta vida Suya se encierra Su infinito bien, Su infinito gozo, el poder infinito que le es propio. Deseando participar Su vida, Su bien, el Padre crea, pero el acto está todo en Su Voluntad, es decir, en Su amor que es el Espíritu Santo.

Por todo esto, la protección de Su sombra significa el acto de Amor con el cual el mismo Espíritu Santo Ha obrado, directamente y sin concurso de hombre, Mi encarnación. De manera que el increado se hace creado en virtud de un acto de amor completa y exclusivamente divino, siendo esto conveniente a Mi misma divinidad y se realizó en una criatura que había hecho voto de perpetua virginidad, precisamente porque Mi Querer excluía cualquier intervención humana, aunque requerida en el último momento como simple consentimiento.

La intervención importante del Espíritu Santo en Mi Concepción, debía demostrar que el Hijo, hecho Hombre, es fruto esencialmente divino. Todo hijo es fruto de amor y también Yo Soy fruto del amor infinito de Mi Padre, brotado de la donación total de Mi Purísima Madre.

Esta Mi Humanidad, ahora gloriosa, ascendió a realeza de la paridad con Dios y se convirtió en espejo de la misma Divinidad, ya que el Padre ve en Mi Humanidad Su misma Paternidad; el Hijo, que asumió la Humanidad, ve en Sí mismo la filiación increada y la creada; el Espíritu, luego, goza infinitamente reflejándose en Mí como Hombre, en cuanto que se complace en el fruto de Su mismo amor.

En la Trinidad, Nosotros vivimos en Unidad y Nos reflejamos en Mi Humanidad sublimada en la triple relación con la Divinidad, por la cual el Trino se reencuentra en el único Hombre que fue concebido, nació, vivió, murió y resucitó para glorificar siempre a Mi Padre, la Luz y el Amor Mío…

Cuando hablo de Mi Madre el campo es inmenso, Mi afecto inconmensurable; pero si hablo de mi Padre, de Mí mismo, Verbo y del Amor infinito, entonces el campo de verdad es infinito y como el campo materno, para Mí, es indivisible del amor divino, por estar eternamente asociados el uno al otro; fácilmente pueden creer que en Mí, Hombre, se Ha obrado el más grande prodigio de amor; el amor infinito, unido, ligado a un amor de Hombre, sobrenatural y también humano, cuya intensidad supera el conocimiento de los más excelsos Serafines. Todo esto He querido decirles para dar una idea de los sentimientos del pequeño que iba a nacer: Yo. Tal vez piensen muchas veces en Mí y en Mi Madre con ternura, sin alzar su mirada a la realeza, a la nobleza, a la divinidad de Mis sentimientos de Hombre y de los de María.

Verdaderamente es indecible todo lo que pasó en Mi Espíritu cuando vine al mundo; pero sobre los indicios de lo que hasta ahora les He dicho y con la luz que les daré, pueden formarse una idea sustancial de Mí y de Mi Madre, quien participaba y participa de modo directo e inmediato de todo lo que es Mío…

Y ahora, a ustedes, que han dejado todo por estar Conmigo, voy a relatarles algunos pensamientos que mediaron entre Mí y mi Padre. Estas fueron Mis primeras palabras de Hombre que le dije apenas creado: ” Padre, Te adoro en la verdad, en la bondad, en el Amor, en esta Criatura que Me alberga. Padre, Te bendigo en la luz, en la caridad, en el mundo, sobre los espíritus rebeldes, por los espíritus que esperan. Padre, Te amo por Ti mismo, en Mí, en el Amor; por María, por los hombres, por los malos, por los que Me esperan en el Limbo, por los espíritus bienaventurados; en la luz, en el Amor eternamente.

Soy Tuyo y por siempre, nada nunca Te desagradará en Mí, como todo Me agradará en Ti. Quiero Mi actual ocultamiento para el conocimiento que deberán tener de Mí los hombres, especialmente en el Calvario. Oculto o conocido, amado o despreciado, siempre Te amaré: en la luz, en la paz, en el Espíritu…”

Hijos, estos Mis primeros pensamientos de Hombre constituyen el primer puente de unión tendido desde la humanidad perdida hacia la Divinidad ofendida, pero amante de todas las criaturas… Fui puesto en el mundo cuando el hombre creía igualarse a Dios, pero lo hice ocultamente, para reparar la soberbia y el desorden. Me hice carne para levantar los espíritus, Me abajé para exaltarlos.

Oh, hombres, oh jóvenes, ¿por qué se detienen, por qué no creen, por qué Me combaten? Los He hecho nobles, pero ustedes Me querrían deshonrar, Me querrían olvidar. Me He sometido a ustedes, de tantas maneras, para hacerme apreciar, para hacerme creer, para hacerles el bien que Yo sólo sé hacer. ¿Por qué entonces no se deciden? ¿Tal vez encontrarán otro Dios que los contente?… Son siglos que tratan de construirse un Dios y siempre se engañan, porque el único y verdadero Soy Yo. Yo, pequeño niño, escondido en el seno de una Virgen.

Si se unen a Mí, podrán elevarse en el Reino que más desean: el del Amor. Si les interesa la gloria, les digo que Yo Soy la esencia de la Gloria; si les interesa la riqueza, recuerden que Yo tengo todo y todo será de ustedes; si les interesa el saber, ¡oh!, entonces no olviden que Yo Soy la Sabiduría infinita y que ustedes podrán llegar a ser faros de luz, soles de belleza. Pero es el amor lo que los atrae; es el amor lo que los atormenta: vengan, entonces, vengan a este Dios Niño que los introduce en el infinito Amor.

Muchos siglos antes de Mi venida al mundo, otro niño, que Me simbolizaba, fue abandonado en las aguas del Nilo, que lo transportaron recostado en una canastilla: Moisés, el salvado de las aguas, era el enviado de Dios y llegaba solo entre gente desconocida. Así también llegué solo al mundo, entre gente que no Me conocía, para revelar en Mí la Divinidad y hacer apreciar Su bondad.

Los judíos hubieran querido que el liberador del Cielo, el prometido de Abraham, el hijo de David, fuese un caudillo humano. Estaban cegados por la materia y cambiaban el tiempo por la eternidad, la cual en nada se parece al tiempo, como las rudas cabezas de Mis coterráneos codiciaban.

Todo lo sabía y desde Mi concepción Me preparaba, como Hombre, a vencer la resistencia de los judíos. Por estos motivos, las primeras oraciones que dirigí al Padre fueron en pro del pueblo escogido.

Cuando tenía pocos meses de vida en el seno de Mi Madre, José fue elegido para custodio de María y Mío y fue entonces cuando la Virgen Madre se dirigió a la casa de Su esposo, quien ya estaba en conocimiento del origen divino de la Maternidad de su esposa. Este hecho, Me dio ocasión de hacer hablar a Mi Madre para elogiar a José. Escogido entre miles, José representaba la tradición judía entendida en el mejor sentido. Fue sencillo y fiel a Dios y ayudaba con alegría a Su esposa en una maravillosa entrega.

Yo mismo los guiaba invisiblemente por los senderos del Amor divino, en el cual debía sobresalir como estrella de primera magnitud. Fue un gran disgusto para él saber que Mi Madre estaba encinta antes del matrimonio, pero, ayudado por Mí, sobre la palabra del Ángel, creyó y pasó de la pena a la más inesperada alegría.

Ser padre antes de tiempo fue motivo de comentarios más o menos falaces, especialmente por la encantadora joven con la que se había desposado. Sepan, hijos Míos, que cada día José y María Me agradecían cordialmente el haber permitido las injustas críticas que se hacían contra Sus personas y de esto Yo gozaba inmensamente.

Una noche quise premiar Su amor por Mí. Hice que se apareciera en sueños a los dos, un chiquito, descalzo y andrajoso que golpeaba a la puerta de su pequeña casita. Fue a abrir María y Me preguntó de quién era hijo. Le respondí que Mi Padre estaba lejos y que Mi Madre no podía tenerme en su casa porque debía ir a buscar la más bella rosa del mundo y el más hermoso lirio. Les dije que no habiéndolos encontrado todavía, esperaba que los dos Me dieran alguna buena idea o consejo. Sonrieron los esposos y Me abrazaron, primero María, después José, pero Yo rápidamente salí de la casa dejándolos asombrados. Al despertar por la mañana, notaron un perfume intenso de rosas y de lirios. Se contaron recíprocamente el sueño que habían tenido.

De esta y otras muchas maneras, unía cada vez más Sus espíritus, hasta formar de los dos un sólo amor, todo orientado a Mí.

En aquel tiempo de Mi total ocultamiento, quise actuar también en otros corazones y preparar el tiempo de Mi venida al mundo. Igual que el botón de rosa que antes de abrirse a los rayos del sol ya contiene en sí todo su perfume, Mi Humanidad estaba casi lista a difundir entre los hombres el perfume celestial de la vida divina; pero como la rosa extrae de la tierra los humores que necesita, así Yo obtenía de Mi Padre la fuerza y la vida que Me harían único entre los hombres. Por tanto, Mi pequeño ocultamiento en María no fue una espera inútil para Mi Espíritu.

Faltando ya poco tiempo para Mi nacimiento, dije al Padre: “Naceré como Hombre para alegría Tuya, a fin de que se cumpla Tu Querer. Apareceré pequeño para que aparezca grande Tu Nombre que Yo debo santificar en el mundo. Daré a los hombres el poder de hacer de Mí lo que quieran; pero Tú, Padre, haz que venga a ellos Tu Reino. Ellos harán su voluntad, mientras Yo haré la Tuya, como en el Cielo.

Da a José y a María el pan de cada día por Mi amor y perdona a los que los escarnecen. Soy Hombre y deberé combatir con Tu enemigo: desde ahora Te Estoy agradecido por el poder que Me Has dado sobre él. Padre, en el mundo encontraré miserias; las miserias por las cuales Me Has enviado. Como Dios las venceré, como Hombre las soportaré, como Dios y Hombre las curaré. Desde ahora Te ruego por los que Me han de seguir. Sean salvados y Yo los salvaré. Te bendigo, oh, Padre, siempre Te bendeciré: en la luz en la vida, eternamente…”

Cierto pero incomprensible es el misterio de Mi nacimiento. A todos los fieles que viven verdaderamente de Mí, les doy gran afecto en Mi Nacimiento, porque siendo el inicio de la Redención de muchos – ojalá y fuera de todos- es necesario que se le dé muchísima importancia.

Aún voy a aclararles más sobre este misterio de cómo Yo pude haberme unido a una humanidad que, niña o adulta, es siempre una criatura Mía, es decir algo más que nada.

El misterio, entonces, es la unión personal Mía, como Verbo eterno, con la Humanidad que asumí. Los Teólogos lo llaman unión hipostática, es decir, la unión de dos naturalezas en una sola persona.  Les voy a dar un ejemplo más sencillo. Los expertos agricultores y jardineros hacen injertos, ¿verdad? Pues bien, el injerto es la unión de dos criaturas, con el fin de que se produzca una nueva criatura que tenga algunas propiedades en común con la primera y la segunda, de modo que la primera recibe una vida extraña a ella. Pero inclusive el injerto no es suficiente demostración de la unión hipostática, porque en el injerto material se trata de dos criaturas, mientras que, en Mí, Dios y Hombre, se trata de una sola criatura y de su Creador.

Además de esto, la Humanidad que Yo asumí, de por sí, no habría tenido ninguna necesidad de unión alguna sino de la natural Conmigo mismo, Creador, en cuanto que la Humanidad Mía es perfecta aun sin la unión con el Verbo, perfecta en el Espíritu, perfecta en el Cuerpo.

Voy a darles otro ejemplo que sirva para aclarar sus oscuridades acerca de Mi unión hipostática.

En el Cielo que está encima de ustedes, existen cuerpos que circulan atraídos por uno u otro planeta. Cuando la atracción se hace inminente e irresistible, el cuerpo que vaga en el espacio va a unirse con el planeta que lo atrae y así vienen a ser un solo cuerpo, con un sólo movimiento, una sola vida, considerando que la vitalidad del asteroide queda absorbida en la del planeta que lo atrajo. También Yo He unido Mi Cuerpo a Mi Divinidad y He insertado el primero en la vida y en el movimiento que Me son propios como Creador y Glorificador, aunque permaneciendo completamente Hombre.

Considerando, además, las inmensas fuerzas, que He puesto en el centro de su planeta, encontrarán otra cosa apta para esclarecerlos. Ya saben que en el centro de la tierra hay fuego, agua y minerales. Encima, en la costra terrestre, en cambio, tienen otras criaturas que no podrían vivir en otro lugar.  Pues bien, sabiendo que ya sea en el subsuelo, ya sobre la costra terrestre, la vida de cada criatura procede simultáneamente, pueden fácilmente pensar, cómo Yo, tomando su humanidad, He hecho algo invisible, inconcebible pero real, como el fuego eterno de la tierra, el cual arde incesantemente y al mismo tiempo, por ejemplo, que los glaciares que existen sean bajo la tierra o sobre ella. Dos criaturas opuestas, fuego y hielo, viven cada una su propia vida, pero ambas en un sólo organismo: la tierra. Y no piensen que sus vidas están del todo separadas porque el hielo existe en cuanto existía, al principio; el fuego es sólo fuego.

Es claro que el fuego interno de la tierra no alimenta la vida del hielo, pero el hecho es que, si no existía antes el fuego, ahora no existiría el hielo y, por tanto, el agua. Por eso el agua depende del fuego y esto es la vida de todo el universo creado. En Mí, Dios y Hombre al mismo tiempo, está el fuego y el hielo, está el Creador y la criatura, pero ésta vive en virtud del principio creador y está informada de la misma vida de Mi Ser, de modo que Mi Humanidad en la tierra fue un velo movido continuamente por la presencia de Mi Divinidad.

Hice al hombre a Mi imagen y semejanza y He hecho un Hombre que no es sólo imagen, sino que es Yo mismo. Por eso obro en Mi Humanidad con la Omnipotencia, la perfección y la bondad que Me son propias en cuanto a Dios.  Si quienes ponen en duda la Virginidad de Mi Madre pudiesen poner la mirada en la sublimidad de Mi naturaleza divina y humana, indisolublemente unidas en una sola Persona, dejarían de dudar y encontrarían que Su Virginidad no sólo conviene a Mí y a Ella, sino que es absolutamente complementaria ante la grandeza de Mi unión hipostática. En el Cielo sabrán mucho más de todo esto…

Ahora crean y aun pierdan la cabeza contemplando el misterio de Omnipotencia de Mi unión hipostática que ha servido de tropiezo a Lucifer y los suyos.  Llegado Mi tiempo, quise nacer en Belén y predispuse a Roma para el censo. Fue un símbolo con el cual tenía la intención como de reunir a los hombres para dar a muchos la sensación de Mi llegada a ellos. Pero no comprenderían y para despertarlos, ya se movían hacia Jerusalén los Magos que provocarían las investigaciones de los Sacerdotes judíos en las Escrituras. Sin embargo, también estos últimos permanecieron insensibles. Conmigo no estarían sino María y José; en efecto, en Belén Me esperaba la incomprensión para acompañarme hasta la Cruz.

De Mi nacimiento, hijitos, aprendan que para agradar al Padre es necesario en cierto modo morir, como que también en la muerte, si es semejante a la Mía, encontrarán la Vida Eterna. ¿Quién de ustedes quiere nacer muriendo? Nadie lo querría si Yo no interviniese con persuasión y energía. Pero Yo sé cómo hacerlos aceptar lo que no quisieran y no los dejo solos. A cada uno la medida necesaria, a todos Mi comprensión y compasión.

No se asusten de la lucha porque no es eterna y sobre todo porque es necesaria. El hombre que lucha consigo mismo, puede vencer y puede perder, lo esencial es que tenga la última victoria y deben creer que para alcanzarla es necesario comprobar la propia impotencia. Recuerden, luego, que Yo les garantizo amor aun cuando no les parezca que son amados por Mí.

Mírenme oculto en el seno de María. Yo ya hablo de Mí callando, esperando, orando por ustedes al Padre. Yo ya los invito a reflexionar que quise nacer para hacerme conocer con ustedes. ¡Qué alegría para Mí y también para ustedes, si Me aprecian! ¡Qué fuerza recibirán si Me acogen confiados! Piénsenme oculto, pero presente; presente, pero invisible. Después Me apareceré a ustedes, no teman, los consolaré y también les sonreiré.  Almas Mías, amadas, Yo no hablo para Mí sino para ustedes: ¡créanme, los amo! Y no poco, sino infinitamente…

Entre todas las criaturas, la más amante es Mi Madre. Antigua verdad, ésta, para los cristianos, pero para poder entenderla haría falta la luz que Me es propia. Por esta razón es bueno observar a Mi Madre en lo que Ha hecho, Ha dicho y en lo que Ha sufrido. Todos los que la aman, escuchen.

Conocida la noticia del censo, verificó que el viaje a Belén coincidía con la época de Su parto. Primera contrariedad aceptada plenamente por Ella. Profecías y hombres querían que Yo naciese donde Judá plantó sus tiendas. También Yo, como Hombre, pude querer tener origen puramente judío, además de estirpe real. Pero mientras más grande es la confianza del hombre, mayor debe ser la prueba a la que Yo los someto.  Llegados a Belén, los santos esposos no encontraron albergue. Y María, cada vez más abandonada a Mí, se adaptaba a todo. Los reyes y sus madres gozan de las comodidades de los Palacios: el Rey y la Reina del Cielo han gozado de la absoluta pobreza, del albergue improvisado, de la piedad de una jovencita que se preocupó de procurar albergue a Mi Madre en espera de Mí. María no habla: espera, pero en Su espera está toda la seguridad de la Madre del Creador, hecho Hombre, a la cual nada le faltará de lo que es indispensable. José tembló primero, luego se serenó. Ahora el esperado de los siglos podía presentarse al mundo cubierto por Su espléndida vestidura: un pobre que nace en pobres condiciones; lejos del bienestar, humilde hasta el exceso.

María callaba, pero estaba emocionada; Eloé, la mujer que Nos procuró el albergue, estaba encantada mirando la belleza de Mi Madre. José, un poco aparte, tenía el corazón que se le saltaba.  Llegada la hora, María apoyó Su cara en la mano derecha: un instante y el Hijo de Dios se presentó al mundo. ¡Hombres, tengan esperanza! ¡La salvación está entre ustedes! Entre todos, nació el más bello, ¿quién no lo sabe? Sin embargo, de nada valdría ser bellos si no se ama. ¿Pero, puede un niño demostrar que ama? Esto fue posible para Mí, si bien Me escondía bajo el velo de la infancia.  Ve a dormir, gracias Mi niña por tu sacrificio, Yo velo tu sueño.

 

 ORACIONES FINALES:

ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN A JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO

¡Oh, Jesús! Te reconozco por Rey Universal. Todo cuanto ha sido hecho Tú lo has creado. Ejerce sobre mí todos tus derechos. Renuevo las promesas de mi bautismo, renunciado a Satanás, a sus seducciones y a sus obras; y prometo vivir como buen cristiano. Muy especialmente me comprometo a procurar, según mis medios, el triunfo de los derechos de Dios y de tu Iglesia. Divino Corazón de Jesús, te ofrezco mis pobres obras para conseguir que todos los corazones reconozcan tu sagrada realeza, y para que así se establezca en todo el mundo el Reino de tu Paz.

¡Dulcísimo Jesús, Redentor del género humano! Míranos humildemente postrados delante de tu altar; tuyos somos y tuyos queremos ser; y a fin de vivir más estrechamente unidos a Ti, todos y cada uno espontáneamente nos consagramos en este día a tu Sacratísimo Corazón. Muchos, por desgracia, jamás te han conocido; muchos, despreciado tus mandamientos, te han desechado. ¡Oh Jesús benignísimo!, compadécete de los unos y de los otros, y atráelos a todos a tu Corazón Santísimo.

Señor, sé Rey, no sólo de los hijos fieles que jamás se han alejado de Ti, sino también de los pródigos que te han abandonado; haz que vuelvan pronto a la casa paterna porque no perezcan de hambre y de miseria.

Sé Rey de aquellos que, por seducción del error o por espíritu de discordia, viven separados de Ti; devuélvelos al puerto de la verdad y a la unidad de la fe, para que en breve se forme un solo rebaño bajo un solo Pastor.

Concede, ¡oh, Señor!, incolumidad y libertad segura a tu Iglesia; otorga a todos los pueblos la tranquilidad en el orden, haz que del uno al otro confín de la tierra no resuene sino esta voz: ¡Alabado sea el Corazón divino, causa de nuestra salud! A Él entonen cánticos de honor y de gloria por los siglos de los siglos. Amén.

CONSAGRACIÓN DE LAS FAMILIAS A LA S.S VIRGEN MARÍA DE GUADALUPE (ORACIÓN DE S.S. JUAN PABLO II)

Oh, Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Oh, Virgen Santa María de Guadalupe!

Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos y preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro. Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y todo nuestro amor.

 

Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.

Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra.

 

Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena felicidad a Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu mano amorosa. Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos por todos los Obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas.

Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorgue abundantes vocaciones de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe, y celosos dispensadores de los misterios de Dios.

 

Concede a nuestros hogares la gracia de amar y de respetar la vida que comienza, con el mismo amor con el que concebiste en tu seno la vida del Hijo de Dios. Virgen Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias, para que estén siempre muy unidas, y bendice la educación de nuestros hijos.

 

Esperanza nuestra, míranos con compasión, enséñanos a ir continuamente a Jesús y, si caemos, ayúdanos a levantarnos, a volver e El, mediante la confesión de nuestras culpas y pecados en el Sacramento de la Penitencia, que trae sosiego al alma. Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos Sacramentos, que son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra. Así, Madre Santísima, con la paz de Dios en la conciencia, con nuestros corazones libres de mal y de odios podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera paz, que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que con Dios Padre y con el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos, Amén.

 

Que Dios nos conceda a todos, por la intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe, las Gracias que necesitamos para servirle cada día mejor a Él y a nuestros hermanos, a fin de poder llegar un día a compartir su Gloria.

 

¡Muy Feliz Navidad y un próspero y bendecido 2021!

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