PRIMER DÍA
¡Sagrado Corazón de Jesús!, en Ti confío.
¡Inmaculado Corazón de María!, Sé la salvación del alma mía.
El Corazón de Jesús es, para nosotros, el primer modelo y guía para nuestra conversión. De tal manera que, hacer que nuestro corazón se asemeje al Suyo, es nuestra principal tarea espiritual. Por eso la importancia de esta devoción, tan unida a la del Señor de la Divina Misericordia, ambas, predecesoras de nuestra espiritualidad. Por eso, iniciamos hoy una serie de meditaciones y prácticas piadosas, destinadas a acercarnos más al Sagrado Corazón de Jesús.
Muchos de nosotros seguramente sabemos que, en el mes de junio, la Iglesia universal festeja y celebra la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Pero tal vez muchos de nosotros, no sabemos exactamente de dónde viene o cómo ha empezado esta tradición tan hermosa en la Iglesia. La devoción al corazón herido de Jesús tiene sus orígenes en el siglo XI, cuando los cristianos piadosos meditaban sobre sus cinco llagas.
Para esos tiempos, surgieron entre los fieles las oraciones al Sagrado Corazón de Jesús, a la llaga del hombro y del costado, entre otras devociones privadas que eran realizadas y rezadas en los hogares de los fieles cristianos. Todas estas oraciones y devociones ayudaron a los cristianos a enfocarse y meditar de una manera más profunda en la Pasión y Muerte de nuestro Señor, de tal manera que, por gratitud y misericordia, lograran crecer en el amor hacia Él.
Sin embargo, no fue hasta 1670 que el sacerdote francés P. Jean Eudes (San Juan Eudes) celebró la primera Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, oficiando su misa frente a los fieles.
Casi al mismo tiempo, de la primera vez en que se festejó esa devoción, una religiosa conocida por su piedad, Sor Margarita María Alacoque, empezó a informar a sus superioras que tenía visiones de Jesús, por lo que algunos sacerdotes empezaron a visitarla para escuchar sus relatos. Éste se le aparecía con frecuencia y, en diciembre de 1673 le permitió –como había permitido una vez a Santa Gertrudis– descansar la cabeza sobre su corazón.
Mientras Sor Margarita experimentaba el consuelo de su presencia, sus encuentros llenos de amor y misericordia, Jesús le habló de Su gran Amor, y le explicó que tenía una gran misión para ella. Le dijo que la había elegido para dar a conocer su Amor y su Bondad a la humanidad.
Al año siguiente, en junio o julio de 1674, Margarita María informó que Jesús quería ser honrado bajo la imagen de Su Corazón de Carne, expresando a todos los fieles que quería permanecer en ellos y obrar en sus corazones, por lo que solicitaba que lo recibieran con frecuencia en la Eucaristía, especialmente el primer viernes de cada mes, y que practicaran una hora santa devocional.
En 1675, a los pocos días de la fiesta de Corpus, exactamente durante la octava al Corpus Christi, Margarita María tuvo una visión que posteriormente se conoció como la “gran aparición”.
En aquella gran aparición, Jesús pidió a Sor Margarita que la devoción a Su Sagrado Corazón fuera instituida de manera universal y celebrada como la Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, cada año, el viernes siguiente a Corpus Christi, en reparación por la ingratitud de los hombres hacia Su Sacrificio Redentor en la Cruz.
Debido a que la Iglesia, desde siempre debe de ser muy prudente con las revelaciones privadas, mensajes y visiones de las almas que han sido escogidas para recibirlos; la devoción se hizo popular recién después de la muerte de Santa Margarita María, en 1690.
La Iglesia se comporta de esta forma debido a que:
1.- Al ser el hombre de naturaleza frágil y debido a la concupiscencia de la carne, que le juega malas pasadas, por decisión propia y libremente, podría alejarse del camino marcado por Dios, desviar su misión conferida y tomar otro camino.
2.- Debido a que las cosas, si son de Dios, no pasan, permanecen ya que es el Espíritu Santo El que las mueve y acrecienta, y no la mano del hombre, es decir, a modo de prueba de que el acontecimiento realmente ha venido de la Mano de Dios, se le somete a prueba para reconocer su veracidad.
Por esos motivos, la fiesta no se estableció como oficial en toda Francia sino hasta 1765, y fue recién casi ocho años más tarde, el 8 de mayo de 1873, que la devoción al Sagrado Corazón fue formalmente aprobada por el Papa Pío IX para la Iglesia universal, y veintiséis años después, el 21 de julio de 1899, el papa León XIII recomendó urgentemente que todos los obispos del mundo observaran la fiesta en sus diócesis, por lo que ésta se hizo recién una Fiesta Universal.
El Papa León Xlll aprobó las siguientes indulgencias por la devoción, a todo fiel católico que, según las disposiciones marcadas por la Iglesia en ese momento, las cumpliera:
- Por realizar la devoción pública o privada, siete años y por siete cuarentenas (la remisión de castigo temporal equivalente a lo que se concedería por cuarenta días de penitencia) cada día.
- Si la devoción se practicara diariamente en privado, o si una persona asistiera por lo menos diez veces en una función pública, una indulgencia plenaria (remisión de todo castigo temporal por los pecados cometidos) en cualquier día de junio o entre el 1 y el 8 de julio (según el Decreto Urbis et Orbis, del 30 de mayo de 1992).
- La indulgencia “Toties Quoties” (para las almas del Purgatorio) se pudiera ganar el 30 de junio o el último domingo de junio en aquellas iglesias donde el mes de junio se celebra solemnemente. Pío X instó a un sermón diario, o al menos durante ocho días en forma de una misión, con el objetivo de hacer más conocida la devoción, hacer amar y reparar el Corazón de Jesús lastimado, y poder de esa forma, ayudar a los fieles a ganar indulgencias.
- A los sacerdotes que predicaran los sermones en las celebraciones solemnes de junio en honor del Sagrado Corazón, y a los rectores de las Iglesias donde se celebraran estas ceremonias, se les concedía el privilegio del Altar Gregoriano el 30 de junio (Se entiende por altar gregoriano o privilegiado, aquel que tiene anexa una indulgencia plenaria concedida por el Papa, aplicable al alma del purgatorio por la cual se celebra en él la misa). En la próxima entrega hablaremos de esto más extensamente.
- Una indulgencia plenaria para cada comunión en junio, y para todos aquellos que promueven esta hermosa devoción y la solemne celebración en el mes de junio.
MEDITACIÓN:
De acuerdo con lo que leíste…
¿Te acuerdas por qué quiso el Señor instaurar esta fiesta a Su Sagrado Corazón?
¿Cuál era el motivo? Medita en esto unos minutos y piensa cómo puedes tú responder a esta petición del Señor.
¡Oh pobre corazón mío! ¡Qué nobleza la tuya que, siendo tan miserable, has sido amado por el Corazón de todo un Dios! ¿Conoces, ¡oh hombre!, hasta que punto te ha engrandecido Dios haciéndote objeto de Su Amor…?
ORACIÓN DE DESAGRAVIO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS:
¡Mi muy amado Corazón de Jesús! De Ti provienen, abundantes, todo tipo de Gracias, Misericordia y Perdón. Defiendes a los oprimidos, ayudas a los más débiles y rescatas a los que son despreciados…
Una y otra vez me acoges, intervienes en cada una de mis debilidades, me perdonas y me invitas a convertirme de todo corazón. Sagrado Corazón de Jesús, Tú lo sabes todo, escudriñas las profundidades de nuestros corazones y ves nuestro interior. Conoces mi debilidad, mi flaqueza, mis caídas…
Quiero aprender a perdonar y a pedir perdón; a reconocerme pecador y a no juzgar a los demás. Más bien, acudo a Ti, que eres la fuente de la Misericordia, para que pongas en mi corazón la gracia de ser misericordioso a ejemplo Tuyo.
Te pido perdón por todos mis pecados, especialmente por aquellos que han lastimado profundamente ese amante y misericordioso Corazón Tuyo. ¡Perdóname, Señor!
En estos días de junio, quiero caminar Contigo. Quiero recorrer el camino junto a Ti, así como Tus discípulos lo hacían Contigo, en aquellas largas caminatas de un lado a otro por las tierras de la antigua Palestina. Esto me permitirá aprender más de Ti, llenarme de Tu Amor y poder recostar mi cabeza en tu pecho, muy junto a Tu Sacratísimo Corazón.
Permite que este acto humilde, sirva en poco, a desagraviar Tu Sagrado Corazón, y amarte en la medida de mi miserable ser, por todos aquellos hermanos míos, que no te aman.
Gracias, Jesús, por darme esta oportunidad y por bendecirme a mí y a toda mi familia. ¡Te amo Señor! Amén.
Muy breve , pero tan real tuve hace un tiempo la brevisima pero maravillosa oportunidad de reposar mi cabeza en el pecho de Jesus….El cuadro de Su Sagrado Corazon esta en mi hogar consagrando a El todas nuestras vidas…JESUS EN VOS CONFIO…
Gracias mi amado Jesús por tu inmensa protección, en vos confío ?