VIGÉSIMO NOVENO DÍA
San Alfonso María de Ligorio fue un religioso napolitano, que vivió entre 1696 y 1787. Egresó como abogado a sus dieciséis años, y su padre esperaba para él un brillante futuro político, pero él sentía otro llamado del Señor, por lo que a los treinta años, y luego de no pocas batallas, fue ordenado sacerdote. Fue fundador de la Congregación del Santísimo Redentor cuyos miembros se conocen como “Padres Redentoristas”.
Se lo considera un renovador de la moral de su tiempo. Canonizado en 1839 y proclamado «Doctor de la Iglesia» en 1871, es el patrono de los abogados católicos, de los moralistas y de los confesores. Escribió más de 111 obras, entre las cuales destacan el “Tratado de Teología Moral”, escrito entre 1753 y 1755 y “Las Glorias de María”, uno de los más importantes libros sobre temas marianos, escrito entre 1734 y 1750.
San Alfonso María de Ligorio trató de abrir los ojos a las personas que viven tranquilas en pecado y consideran que no necesitan de una conversión profunda y seria, no por ignorar que hay un Dios, sino porque creen que Él les perdonará de todo, puesto que es todo misericordioso. Intentó mostrarles los peligros a los que estaban expuestos quienes demoran su conversión y optan por ese estilo de vida, quizás por ignorancia al poder del demonio y el pecado.
Uno de los peligros que este santo advierte, es el creer la mentira de que tenemos el tiempo suficiente para hacer una conversión verdadera y entregarnos a Dios. “La muerte suele ser repentina, nadie más que Dios sabe cuándo moriremos ¿de dónde viene esta seguridad de que uno se convertirá justo a tiempo?” se preguntaba con frecuencia en sus sermones. Recordaba las palabras de San Gregorio cuando dice: “El Señor que prometió el perdón al que se arrepiente de su culpa, no prometió conceder tiempo para convertirse al que quiere perseverar en el pecado.”
Contaba San Alfonso María de Ligorio este suceso, ocurrido en 1604, a dos jóvenes de la región flamenca de Flandes, Europa, que llevaban una mala vida. Dice que al pasar una noche por la casa de una mujer pecadora, de vida deshonesta, les sucedió lo que se narra a continuación: Ricardo, uno de los jóvenes, salió de aquella casa y cuando llegó a la suya se acostó. Una vez en la cama se acordó de no haber rezado las tres aves Marías que acostumbraba a rezar todas las noches a su Madre la Virgen.
El sueño ya le había vencido, pero superando la pereza las rezó, aunque sin mucha devoción, y luego se acostó de nuevo. Apenas había empezado a dormir notó que alguien golpeaba con desesperación la puerta de su habitación.
Quien golpeaba la puerta era el alma de su amigo. (Cuando morimos, nuestra alma sigue viviendo, y en algunas ocasiones, permite Dios que, de forma extraordinaria, actúe físicamente. En este caso, lo permitió Dios por Misericordia, para que Ricardo cambiase de vida).
Ricardo se levantó y sin abrir la puerta preguntó:
– ¿Quién eres?
– ¿Es que no me reconoces? ¡soy un desgraciado! -exclamó triste el alma del amigo- ¡estoy condenado!
– ¿Cómo así?
– Tienes que saber, Ricardo, que al salir de aquella casa me atacaron y caí muerto; mi cuerpo quedó tendido a la mitad de la calle y mi alma está en el infierno. Lo mismo te hubiera pasado a ti, pero Santa María te salvó de él por las tres Aves Marías que le rezas cada noche.
Y acabó diciendo: “Aprovecha esta revelación de la Madre de Dios, tú que tienes tiempo.” Y desapareció.
La Virgen quiso que el alma de su amigo le revelase a Ricardo lo sucedido para que cambiara de vida. Ricardo se puso a llorar y a darle gracias a la Virgen; sonaban entonces las campanas de la Iglesia y decidió ir a confesarse y hacer penitencia.
Fue y se lo dijo a los sacerdotes; éstos, que no lo creían, se dirigieron a la calle donde todavía estaba el cuerpo de su amigo y lo vieron muerto y tendido en la mitad de la calle; comprobaron así que Ricardo no había mentido.
A partir de entonces, Ricardo cambió de vida e hizo muchas cosas por Dios y por los demás.
Pidamos pues perdón a la Santísima Virgen por nuestros descuidos en la oración, y a partir de ahora, nunca nos acostemos sin despedirnos de Ella y darle gracias por su cariño y maternal protección.
Amemos a esta Tierna Madre, que quiere siempre estar junto a nosotros para llevarnos con su ayuda al Cielo.
¡Ave María Purísima, sin pecado Concebida! Ruega a Dios por nuestras almas siempre, y cuando llegue la hora, llévanos contigo al Cielo.
ROSAS PARA LA VIRGEN:
Ofreceremos a la Virgen, todos los días que quedan de este mes Mariano, la oración del Santo Rosario, tratando de rezarlo en familia (invitándolos a compartirlo con nosotros, de ser posible) como nos había pedido el Papa Francisco, especialmente en este mes de mayo. Seguiremos uniéndonos en oración, PIDIENDO POR:
– Por las próximas elecciones en México: Que los mexicanos comprendan la gravedad de la hora y concurran masivamente a votar por la defensa de la vida y la libertad.
– Pidamos la poderosa intercesión de la Virgen para salvar el sistema democrático de las amenazas que le asechan en nuestros países y en todo el mundo.
– Por todas las almas de quienes han fallecido a causa de la pandemia, de la violencia y de la inseguridad ciudadana.
– Por todas las familias que han perdido seres queridos y no han podido despedirse de ellos. Para que el Señor les dé la fortaleza y la gracia del consuelo, y puedan superar esta grandísima prueba.
– Por la situación de la economía mundial, para que el Señor ayude al mundo entero y obre en los corazones de los gobernantes, para que el trabajo no falte y todos los hogares puedan contar con lo necesario para vivir y cubrir las necesidades básicas familiares.
– Para que la Santísima Virgen María nos acompañe en estos momentos (a cada uno y a nuestras familias), y nos proteja de todo mal, y por Su Intercesión, nos alcance las gracias que necesitamos en el alma y en el cuerpo.
– Para que todos volvamos los ojos a Dios, nos convirtamos y seamos mejores hijos de Dios y hermanos los unos de los otros.
– Por todos los jóvenes y niños, para que no pierdan la esperanza, la felicidad, la paz y las ganas de vivir y de trabajar por un mundo mejor.
-Por la unión de todas las familias y especialmente por los padres, para que siempre sean testimonio y apoyo sólido de amor, paciencia, alegría, confianza, misericordia y perdón para sus hijos.
Que hermoso testimonio de amor para salvarnos ,de Nuestra Madre, rezar las 3 aves Marías. Ella nos da tantas gracias y oportunidades!! Gracias pir compartirlo…
Cada día es un regalo que recibimos de Dios, por medio de estas Rosas maravillosas.
Gracias por este esfuerzo de acercarnos más a la madre del cielo
Gracias Madre Santísima por acompañarme en este mes de tanto dolor y sufrimiento. Gracias por ayudarle a mi hijito Josué en su recuperación.
Hermosa historia que nos muestra la fidelidad de nuestra amada madre, la Virgen María. Una historia para enseñárselas a nuestros hijos. Gracias…
Gracias madre mía por cubrirnos con tu manto de protección
Que maravilloso testimonio se nos narra en esta Rosa a la Virgen !
Es más fácil la Salvación con el auxilio de nuestra amada Madre del Cielo !