Testimonio de Liko ANE-La Paz (Bolivia)

TESTIMONIO DE LIKO GRABADO EN AUDIO

Muy estimados Hermanos en Cristo.

A pedido de nuestro Director General, Francisco Rico Toro, me permito compartirles mi testimonio sobre una situación que me ha tocado vivir.

 Mi nombre es Likowsky Paredes, y soy miembro de ANE en la ciudad de La Paz, Bolivia.

Mi experiencia comienza cuando en mi país decretan cuarentena por el Covid-19. Esa primera semana me sentí muy mal, tenía síntomas de estar contagiado, los médicos descartaron esa sospecha. Lo cierto es que pasé cinco semanas aislado, en mi dormitorio, y varias noches sin poder dormir. Me preocupaba mucho mi familia, pues hasta llegué a pensar que iba a morir. Realmente estaba muy enfermo: fiebre, tos seca, dolores fuertes de garganta, en el pecho, falta de aire y demás.

 En el transcurso de esas semanas, pude sentir muy cerca de mi corazón la presencia de Dios y reflexionar.  Una noche, era como si Él pusiera un freno en mi vida, un alto en mi caminar. Pude sentir en mi corazón claramente el enojo de nuestro Señor por mi tibieza espiritual, como si hiciera retumbar todo mi ser con una sola palabra: ¡BASTA!

Basta de vivir sin santidad, sin fe, sin amor, sin caridad, sin decisión, etcétera, etcétera.

 Luego llegó la Semana Santa… la noche del Jueves Santo me propuse acompañar a Jesús en oración, minuto a minuto, imaginando, como si fuera una película, todo lo que Él pasaba, desde la preparación de la Última Cena… esa noche fue muy especial para mí. A la una de la mañana, aproximadamente, no podía dejar de llorar. Sentía un dolor muy grande en mi corazón. Seguramente me quedé dormido, pero a las tres volví a despertar. Me puse a rezar la Coronilla de la Misericordia y, mientras rezaba, pude sentir claramente en mi corazón “NO APARTES TU MIRADA DE MÍ”, y luego: “TU NORTE SOY YO”

 Reflexionando sobre esta experiencia, creo que no debemos confundir el camino, queridos hermanos… Y se los digo como quien muchas veces lo ha hecho: como quien se ha decidido a seguir a Jesús hace mucho tiempo, pero varias veces, incontables, se ha apartado, ha caído, ha retrocedido, se ha dejado llevar por los criterios de mundo, ha tomado decisiones equivocadas, no ha dado al Señor su lugar, como Rey de Reyes en el corazón…

 Creo que, especialmente en medio de esta pandemia, y de quién sabe qué cosas vendrán después, ya que ninguno de nosotros tiene la vida comprada… debemos tomar una decisión: o estamos con Él o estamos sin Él.

 Hermanos queridos, con todo respeto y humildad les digo: no perdamos el Norte, no apartemos la mirada de Nuestro Señor Jesucristo.

 Meditemos sobre el llamado que un día Jesús nos hizo para ser parte del Apostolado de la Nueva Evangelización y trabajemos en su viña con humildad y obediencia. Aprovechemos los medios que el Señor va poniendo a nuestro alcance para crecer espiritualmente, para unirnos más a Dios y entre nosotros. Preparémonos, desde ahora, para cuando nos llegue el momento de presentarnos ante nuestro Señor. Que podamos tener las manos llenas de obras buenas, que hayamos acercado a muchos de nuestros hermanos hacia Él.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *