Sagrado Corazón de Jesús (Día 24°)

VIGÉSIMO CUARTO DÍA:

El amor y la misericordia van de la mano. El Corazón de Dios, rico en Misericordia, no es otra cosa que la plenitud del Amor de Dios, que nos es revelado a través de toda la historia de la salvación del hombre, que llega a su culmen y plenitud, en la Encarnación del Verbo; del Hijo de Dios.

Jesús nos muestra como símbolo de todo eso, su Sagrado Corazón, y con Él, recuerda al hombre cuál es el verdadero camino y la misión de su existencia en la tierra.

A través de Santa Margarita María de Alacoque, primero, de Santa Faustina Kowalska, después, Jesús revela a la humanidad los sentimientos más profundos que hacen latir y lastiman a su Divino Corazón, y a su vez, nos recuerda la cercanía de su adorable presencia en la vida de los hombres, y la conversión de la que éstos se hallan tan necesitados. Por medio de estas dos devociones, Jesús habla al mundo nuevamente para acercarse aún más al hombre de hoy que duda, olvida, niega… y finalmente vive “sin necesidad” de Dios; sin darse cuenta de que su vida es cada día más vacía, más infeliz y, por consiguiente, que marcha hacia el camino de la perdición.

Hoy, más que nunca, la misericordia, la caridad y la humildad, son necesarias para que el mundo recobre el sentido y la esencia de su vida, y retornando sus pensamientos y sus acciones hacia Dios, una su corazón al Misericordioso Corazón de Jesús, que desea guardarle y protegerle muy dentro de Él, para llenarlo de amor y perdón, y que de esa forma, su sentimiento de vacío y orfandad sea llenado con la gracia que mana inagotablemente de ese Corazón Bendito.

Por todo ello debemos tener siempre presente que la misericordia no es algo que se pueda adquirir a través de un proceso de “aprendizaje teórico”; no es algo que se pueda obtener estudiando los libros, como en la escuela. No puede compararse con una simple actitud de “compasión”, que es simple sentimentalismo. Es una caridad ardiente que, a semejanza de todo lo que hemos visto durante este mes, del Corazón de Jesús, trae consigo amor de ágape y justicia verdadera.

Una caridad misericordiosa es aquella que siempre late en el corazón del hombre de forma viva, ardiente, humana, y que ve su espejo, en el Corazón de Dios, que, a su ejemplo, trata de divinizarlo con sus acciones cada día, trabajando en la humildad para llegar a ser más generoso y sacrificado en beneficio de los demás.

San Pablo nos dice en 1 Corintios 13,4-8 con respecto a esto: «El amor es paciente, es servicial; el amor no tiene envidia, no es presumido ni orgulloso; no es grosero ni egoísta, no se irrita, no toma en cuenta el mal; el amor no se alegra de la injusticia; se alegra de la verdad. Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo tolera. El amor nunca falla” Esta descripción que nos hace San Pablo a cerca de lo que el verdadero amor debe de ser, nos ejemplifica a la perfección el Corazón de Dios y nos motiva a trabajar en nuestro compromiso para testimoniar con nuestra vida ese actuar del Espíritu Santo en nuestros corazones, que nos moldea día con día, para ir adquiriendo la semejanza en Cristo que es nuestra meta.

El Apóstol de la Nueva Evangelización, debe de estar siempre muy pendiente de no dejarse llevar por sentimientos precipitados que lo lleven a obrar de manera irracional faltando a la caridad.  Es necesario y sumamente importante, tener siempre presente, en cualquier acción que realicemos, que “la justicia nunca puede estar por encima de la caridad” ¿Qué quiere decir eso? ¿será que no debo de ser justo y dejar pasar lo que se ha hecho mal o se ha juzgado con injusticia? No, en absoluto: significa que la justicia siempre debe ir de la mano de la caridad, pero el amor siempre debe prevalecer en todo momento. Es decir, que para impartir justicia, para reprender y para corregir, la forma SIEMPRE tiene que ir unida al fondo. Por más que una persona se hubiera equivocado, y su error hubiera sido inmenso, el tratarla con amor, compasión, cariño y dignidad, siempre le ayudará a querer mejorar. La forma en que se enfrente el problema y se digan y traten las cosas, debe dar testimonio de nuestra conversión.

El que falta a la caridad al corregir al hermano que se ha equivocado, no solamente peca contra ese hermano y carga para su alma el pecado de su falta de amor cometida, probablemente tenga que cargar también la culpa de que ese hermano (debido a su actitud ofensiva hiriente, soberbia, orgullosa, prepotente…) no logre darse cuenta de su error, se mantenga en él y, por ese mal testimonio, termine por alejarse totalmente de Dios; esto pudiera llegar a ser el pecado de escándalo, del que nos habla la Biblia.

La corrección fraterna, dentro y fuera del ANE, debe de ser un sello que haga reconocer a la persona como miembro de nuestro Apostolado. Debe estar cimentada en el Corazón de Jesús, que se manifiesta en la persona de aquél que lo ama y quiere parecerse a Él.

Recordemos siempre los consejos que un par de veces nos ha dado nuestro Director General sobre Los cuatro filtros de oración que debemos “usar” antes de hacer una corrección fraterna:

1°) Orar pidiendo a Dios que nos confirme en la necesidad de corregir al hermano. Sólo cuando el Señor lo confirme, pasamos al segundo filtro. Esta confirmación podrá ser:

  • Que el hermano o hermana vuelva a cometer el mismo error, y con consecuencias peores
  • Que los efectos de ese error comiencen a perjudicar a otras personas, a la Obra o al servicio que prestamos
  • Que el Señor, en oración nos haga sentir o entender la necesidad e importancia de hacerlo, etcétera.

2°) Orar pidiendo al Señor que disponga nuestros corazones (el de la hermana o hermano a quien es necesario corregir y el nuestro, para que ese acto de corrección sea humilde, provechoso, fructífero y orientado sólo a la mayor Gloria de Dios.

3°) Orar pidiendo al Señor que nos dé las palabras precisas en el momento de hablar con la hermana o hermano.

4°) Orar pidiendo a Dios que suscite y nos muestre el momento preciso para que tenga lugar este diálogo fraternal.

Después recién haremos la corrección, que será verdaderamente fraterna, en la medida en que, como dice la Palabra de Dios, hayamos “ganado a nuestro hermano” (Cfr. Mt 18,15). A veces, la oración (en cualquiera de los cuatro pasos) te servirá de filtro poderoso diciéndote “no lo corrijas”, y allí deberá acabarse tu inquietud

El ANE-hermano, no obra precipitadamente, no se ensoberbece, no es ambicioso, no busca sus propios intereses, no se irrita, no piensa mal. Cree en el hermano y espera en él. Sabe que su obrar en beneficio de alguien, no es por su propia capacidad, sabiduría, rectitud o perfección moral, sino porque es simplemente un vehículo de la gracia de Dios, que quiere llegar a todos por medio de él.

El Señor, en La Puerta del Cielo, nos dice a todos que debemos siempre permanecer humildes, y gozar de lo pequeño para que Él, Dios Omnipotente, nos bendiga y nos colme en lo grande. Nos repite una vez más que, en la humildad, en la pureza de intención, en la obediencia y en el amor, está la salvación del justo. Leamos:

PUERTA DEL CIELO-44 “USTEDES SON INSTRUMENTOS DE AMOR Y MISERICORDIA”

“Hijo amado, bendigo tu pan, bendigo a tu familia, bendigo el fuego que alimenta el hogar de los tuyos. Bendigo tu diario camino, el trabajo para tu sustento y el de otros hijos. Bendigo los anhelos, deseos y esperanzas de tu corazón en favor de Mi Gloria… Si tú Me amas en lo pequeño, Yo te amaré y colmaré en lo grande. No temas hacerte pequeño en cada momento, porque en la humildad está la santificación del justo.

Hoy tengo un regalo especial: Un maravilloso programa de vida para tu espíritu evangélico y el completo abandono a Mi Voluntad… Pronto van a llegar los días predichos y pondrán en Mi lugar una sucia imitación que nada vale. El Espíritu de amor, de verdad, de Misericordia dirá la última palabra y por Mi bendita Cruz y Mis dolorosas llagas, unirá a los hombres en un sólo cuerpo glorioso cerca a Mis Sagrarios. Para ello necesito de muchos hijos que Me ayuden a reencontrar y unir a Mis corderos, pero son pocos los corazones como el tuyo, que se decidan a hacerlo.

He querido que seas testigo del dolor que Me agobia día a día, así poco a poco He ido tejiendo este momento en que saldrán Mis verdaderos soldados a hacer frente en la lucha contra el poder de las tinieblas. Tú has visto Mi dolor, has visto Mi rostro y Mis llagas; ello te compromete a mayores luchas por Mi causa; mas no temas, Yo te sostendré, levantaré tu espíritu cuando el maligno te maltrate. Yo te cubriré, enviaré Mis ángeles para cubrirte, no te faltará Mi auxilio, aunque, a veces, las apariencias demostraran lo contrario.

Vota por la confianza, nunca te defraudaré. No temas ser engañado si pones tu confianza amorosa en Mi Corazón. Él está abierto siempre para ti. Pide a Mi Espíritu discernimiento y, como hasta hoy, no te faltará este don tan preciado; él te cubrirá; sabrás seguir Mis pasos en la verdad. Confía en la Divina Voluntad de Mi Padre, alábalo al comenzar el día y déjame tus fatigas diarias, que Yo, como Su Hijo, haré que el trabajo rinda su fruto”.

El Señor nos invita a decidirnos de una vez por todas por Su causa. Nos llama a dar el paso definitivo que, avivado por las llamas del amor que brotan de su Sagrado Corazón, produzcan en nosotros ese sí definitivo a hacer su Voluntad y a dedicar nuestra vida y potencias a llevarle más almas; hacerle conocer y amar cada día más, especialmente en aquellos hermanos más alejados y a aquellos que aún no le conocen.

MEDITACIÓN

Hoy reflexiona sobre lo siguiente:

  • ¿Gozas en verdad de las cosas pequeñas que Dios te regala cada día o te quedas con ese sentimiento de haber querido “más”? ¿Agradeces por ellas?
  • ¿Te cuesta hacerte pequeño en cada momento como Dios nos lo pide… lo logras?
  • Tu testimonio de vida, en tu actuar diario, ¿refleja el Corazón de Jesús que nos pide imitarlo en humildad, mansedumbre y obediencia?
  • ¿Confías plenamente en Jesús que te dice que no te abandonará ni defraudará, especialmente en tus horas más difíciles?
  • ¿Te has decidido plenamente, consagrando al Señor tu vida para trabajar para Él, en llevarle almas y hacerlo conocer y amar a través de tu servicio en este Apostolado? ¿A cuántas personas trajiste a esta Obra?

Agradece el día de hoy especialmente al Señor, por llamarte a servirle en esta Obra, y en una oración que nazca desde tu corazón, pon a sus pies tus talentos y dones, para que estos sean multiplicados por la acción de su Espíritu, y puedas dar muchísimos frutos de santidad.

Pídele al Señor, que te ayude a ser un verdadero Apóstol de la Nueva Evangelización, así como Él te pensó en el momento que te eligió y espera de ti.

Considera a cuántas personas podrías atraer al Corazón de Jesús, haz la lista y empieza hoy, o a más tardar, mañana mismo.

OFRECIMIENTO:

1.- Ofreceremos esta Santa Corona, para pedir misericordia al Señor por el mundo entero y perdón por todos los ultrajes y sacrilegios que se cometen en contra de su Divino Corazón, y el Inmaculado Corazón de su Santísima Madre.

2.- Igualmente, lo ofreceremos pidiendo perdón por todos los pecados de omisión que en el mundo entero se cometen en contra de su divina presencia y permanencia en los altares; especialmente en aquellos donde está más abandonado, olvidado y donde hay menos oración.

3.- Por las intenciones y necesidades del Santo Padre. Por la Santa Iglesia Católica, y para que todos seamos un solo rebaño, bajo un solo Pastor. Por todos los sacerdotes e institutos de vida consagrada; para que el Señor, con la efusión de su Espíritu, los ayude a ser cada día mejores y más santos.

4.- Ofreceremos al Señor, durante este mes nuestros sacrificios, de una manera especial por nuestro Apostolado, el Instituto Stella Maris, CRUZNE, TAE y todo lo que en ellos se viene realizando, su presente y su futuro; para que todo sea y vaya con la bendición de Dios y el auxilio de Santa María de Guadalupe, Estrella de la Nueva Evangelización. Por todos sus integrantes, sus necesidades e intenciones particulares.

5.- Pediremos al Señor, por intercesión de Su Santa Madre, y a través de Su Inmaculado Corazón, que nos libre de todo mal espiritual y corporal, que seamos apartados con nuestras familias, lo más posible, de las horas de sufrimiento y de dolor, llegado el momento de la purificación. Y que Su Providencia y bendición nunca nos falten.

6.- Por todos los países donde el ANE existe; para que el Señor los guarde en su Sagrado Corazón, y no permita que el comunismo, la guerra, el ateísmo, la persecución a la Iglesia y las ideas ateas se implanten en ellos, creando miedo, crisis y confusión entre sus habitantes. De una manera muy especial te pedimos, Señor, por Estados Unidos, México, todo Centro y Sudamérica.

MANERA DE REZARLO:

1.- Recitamos (a modo de Credo) una vez, las “Aspiraciones” de San Ignacio:

Alma de Cristo, Santifícame. Cuerpo de Cristo, Sálvame. Sangre de Cristo, Embriágame. Agua del costado de Cristo, Lávame. Pasión de Cristo, Confórtame. Oh mi Buen Jesús. Óyeme. Dentro de Tus Llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti. Del enemigo maligno, defiéndeme. A la hora de mi muerte, llámame. Y mándame ir a Ti, para que con los Santos te alabe, por los siglos de los siglos, Amén.

2.- En las cuentas grandes, en vez del Padre Nuestro, decimos:

Jesús, Dulce y humilde de Corazón, haz mi corazón semejante al Tuyo.

3.- En las cuentas pequeñas, en vez de los Aves Marías, se dirá diez veces:

Dulce Corazón de Jesús, se Tú mi amor.

4.- Al final de cada decena, en vez del Gloria, se dirá:

Dulce Corazón de María, sé la salvación del alma mía.

5.- Para Terminar:

Un Padre Nuestro, Un ave María y un Gloria.

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Finalmente, digámosle todos los días:

¡Gracias, Soberano Señor, Padre mío Amoroso! ¡Gracias Sacratísimo Corazón, donde reside el Amor verdadero que me Ama y Salva! ¡Gracias, Espíritu de Amor, que me da vida y me inspira!

En este día, mis ANE-hermanos y yo te honramos y te damos las gracias, Dios Uno y Trino, por todo lo que Tu Inmensa Providencia nos dispensa, sin merecimiento alguno.

Anhelo Señor en este día, darte mi amor y reunirme algún día Contigo en el Cielo, para cantar el gran himno de acción de gracias allí, en unión plena Contigo, que eres Padre, Hijo y Espíritu Santo

Amén

2 opiniones en “Sagrado Corazón de Jesús (Día 24°)”

  1. Buenas tardes ???? «HONOR Y GLORIA A LOS SAGRADOS CORAZONES DE JESÚS Y MARÍA» No llego el Sagrado Corazón de Jesús día 25

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